¡Una Semana en Perú! Tercera Parte

 10 DE DICIEMBRE, DE MADRUGADA:

De nuevo, muy temprano en la mañana, nos preparamos para salir hacia la Laguna de Humantay, me levanté como si nunca hubiera tomado un tecito de Coca: La cabeza me daba vueltas y me sentía muy mareado... Pero el remedio ya lo conocía: ir al comedor del Hotel donde a todas horas podía uno tomar unas hojitas de Coca y masticarlas o hacerse un tecito con el agua caliente que mantenían para este menester.
No desayunamos en el hotel pues pasaríamos a un comer, a medio camino, a un lugar llamado Mollepata donde degustaríamos un desayuno tradicional peruano.
 MOLLEPATA.
Llegamos a Mollepata y ¡Oh sorpresa! pasamos a una casita de campo acomodada para dar desayuno a los turistas en camino a Humantay. El lugar es precioso, las fotos que nos rodean son testimonio de la ilusión que crea esta casa de definitivamente querer vivir en el campo. ¡Y los paisajes! unas vistas maravillosas.
Todas las casas campestres tienen este conjunto en su techo: Un símbolo de Protección para el Hogar que sincretiza las creencias Incas con las Cristianas


En la lejanía se plasmaban nuestros sueños de un vida en el campo (solo que sin esos gallos horribles que lo despiertan a uno  de madrugada sin ninguna consideración)


Todo el mundo se había tomado su tecito de Coca y El Soroche ¡No tuvo cabida con nosotros! El desayuno sí, y probamos unos panes rurales muy buenos (yo soy fanático del pan de los pueblos, especialmente el de Santa Cruz del Quiché)
¡Adiós Mollepata! vaya que llevo fotos para recordarte.
LA LAGUNA DE HUMANTAY.
 Cuando terminamos el desayuno, de nuevo tomamos camino de la Laguna de Humantay. Desde la ventana de nuestra Van, aparecía intermitentemente el pico nevado cada vez mas cerca.
La emoción comenzó a llenarnos a medida que aparecía la Montaña Nevada, la Laguna: ni siquiera imaginábamos donde estaba, solo sabíamos que estaba "Allá arriba, justo debajo de la nieve"

Ya caminando hacia la base de la montaña, encontramos diferentes tipos de Hoteles.
SORAYPAMPA:
Gran parte de la aventura es dejar los vehículos a cierta distancia y comenzar a caminar, a caminar y subir, ¡Subir, y subir!. Soraypampa es un campamento en la base de la Montaña de Humantay, donde se encuentran diferentes tipos de hoteles, desde el Hotel que se ve en la foto de arriba, hasta campamentos de tiendas de campaña y otras estructuras livianas donde las personas duermen muchas veces con techos transparentes para poder ver las estrellas pues el cielo es límpido, la Vía Láctea debe ser un espectáculo digno de ver, aunque imagino tambien el escalofrío de estar entre estos picos totalmente negros, ya de noche, que deben hacer sentir la soledad de nuestras almas en esta inmensidad.
A lo lejos se veían unas estructuras, ¡Yo rogaba porque la laguna estuviera allí...!

Pero no, era el campamento de Soraypampa a casi 4,000 metros sobre el nivel del mar. Eso explicaba la resequedad de mi boca.

Esos bungalows de forma geodésica me llamaron la atención. Con ese frío: Como sería dormir allí
0tra vista de las estructuras livianas, la cubierta era plástico PVC

La subida se hacía eterna, cada vez que creía que ya veía el final, resultaba que no: Estábamos como a la mitad...
Había caballos en renta para que lo llevaran a uno, pero yo estaba decidido a que llegaría caminando... Carlos, nuestro guía, me contó que los dueños de los caballos murmuraban entre ellos en quechua: ese que va ahí no va a aguantar...!
Se ve al fondo a nuestros patojos que se fueron a pata. Véase lo lejos que están, la Laguna se encuentra mas o menos donde da sombra una nube, donde termina la nieve.
Y bueno, si quería conocer la Laguna de Humantay y no dejar mis huesos por allá, tendría que montar un caballo, que mas bien fue una pobre mulita pues "...los caballos no tienen tanta fuerza para llevar a ese señor, mejor que se vaya en una mula..."
Hasta acá llegaron los caballos, a lo lejos, al pie de la montaña a la izquierda, se ve el campamento donde estaba el rótulo visto en una foto anterior.
Después de subir por un camino de piedras sueltas y temiendo caernos de los caballos (y mi pobre mulita) llegamos a un planito donde nos bajaron pues el resto era demasiado empinado y los caballos ya no subían.
En mi inocencia le dije al dueño de los caballos: "Ah.. acá nos va a esperar para bajar...?" y me contestó: No señor, ustedes bajan por su cuenta pues es demasiado peligroso para los animales y ustedes bajar por el camino tan empinado y las piedras que están tan sueltas".
Vista impresionante de la laguna, me impactó el color del agua.

 Después de bajar de los caballos, todavía no se veía la laguna, y debimos subir unos 200 metros más. Un brasileño que iba a nuestro lado pues tambien alquiló un caballo (otra pobre mulita, se imaginan porqué) comenzó a sufrir del Soroche y fue hasta que una de nuestras patojas le dio unos tragos de su té de Coca que se calmó: prueba irrefutable de su efectividad.
Seguíamos subiendo sin saber cuanto faltaba, casi oía que nos decían como acá en Guate. cuando uno pregunta "¡Como cuanto falta?" y le contestan: "Solo un subidit, y un bajadit..)
Pero ¡DE REPENTE! Apareció ante nuestros ojos ¡la Laguna de Humantay! y todo valió la pena (el regreso fue otra cosa)
Prueba de que si llegué, ¡Aun a expensas de la pobre mulita!
Ofe completando la ofrenda (espero que su deseo haya sido regresar a Perú)

Después de estar un rato a la orilla de la laguna, y que Ofe hiciera una ofrenda a la Pachamama dejando una torrecita de piedras, decidimos el regreso.. ¡Y que regreso!
Tuve que descaminar todo lo que caminé y monté para subir, acá si no hubo extravío, tuve que bajar enterrando las pesuñas todo el camino, y recorrer de regreso los caminos de piedras sueltas que la mulita me había ahorrado. Con las rodillas adoloridas y la boca totalmente pastosa al fin llegué.

Llevaba dos bastones de alpinista para no caerme, ¡Y lo logré!
CUSCO DE NOCHE:
Esa noche, cuando regresamos de Humantay, fuimos a la Plaza de Armas, por segunda vez visitábamos Cusco. En la Plaza de Armas encontramos dos estructuras entre las que no sabía cual era la Catedral y cual era la Iglesia de los Jesuitas... la magnificencia de ambas las hacía rivalizar a tal punto que cualquiera de ellas podía ser la Catedral. Por fin pude saber cual era por unos rótulos muy discretos y además, despues de ver el ancho de una de ellas, quedaba claro cual era la principal.
La Catedral de Cusco, tan grande y bella como la Iglesia de los Jesuitas, que siempre buscaban rivalizar con las otras órdenes teniendo sus templos en los lugares más preponderantes.
Cenamos en un restaurante en la Plaza, en un balconcito del segundo nivel que nos permitió una excelente vista hacia la misma... ¡Tan bella e imponente, con sus Iglesias magníficas de piedra tallada!
Después de la cena y caminar un poco por la Plaza de Armas, regresamos al Hotel. Mañana debíamos salir de nuevo, a recorrer nuestra mayor aventura: 2 días afuera que incluían visitas a lugares muy importantes de los Incas, un fantástico viaje por tren y eventualmente mi sueño desde hacía muchos años: Machu Picchu

La Iglesia de los Jesuitas. ¡Que Iglesia magnifica!
Había pensado continuar con el viaje a los sitios arqueológicos de Pisac y Ollaytantambo en esta misma publicación, pero temo hacer muy larga la entrega, además estoy gozando mucho escribiendo esto pues me hace recordar con detalle éstas inolvidables vacaciones.
Probándome un "Chuyo", que al final resultó muy sabroso para mis orejas, aunque alguien por ahí dijo que parecía un Santa Clos Andino (con que no sea el Ekeko*)
* El Ekeko es un ser sobrenatural en los países Andinos que representa la fecundidad, la alegría y la abundancia

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